¿Cuánto vale el Mar Menor?

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El Mar Menor es el ecosistema más emblemático de la Región de Murcia, cuyo valor ecológico y medioambiental podría ser comparable con el Coto de Doñana en Andalucía, las Tablas de Daimiel en Castilla La Mancha, o las Rías Gallegas, solo por poner algunos ejemplos dentro de la geografía española, que también en algún momento de su historia reciente han estado sometidos a una intensa presión antrópica medioambiental.

Desgraciadamente y a diferencia de los anteriores ecosistemas que parecen haber recobrado su equilibrio ecológico, el Mar Menor está viviendo los peores momentos de su historia reciente, con un aparente colapso medioambiental que culminó el pasado 12 de octubre con la muerte de cientos de miles de peces y habitantes de la laguna salada más importante del sureste europeo, ya que, entre las bajas de esta destrucción masiva hemos de contabilizar también la población de pradera vegetal bentónica, cuya pérdida hace unos años llegó a ser del 85% de su extensión.

Desgraciadamente, siempre que ocurre una catástrofe ambiental es inevitable tener que valorar los daños causados en términos monetarios, como ha ocurrido con el último episodio de DANA que arrasó algunas poblaciones próximas al Mar Menor, tal es el caso de las poblaciones de Los Alcázares, San Pedro del Pinatar, San Javier y Torre Pacheco, que sufrieron terriblemente sus efectos, por lo cual, el Consorcio de Compensación de Seguros deberá realizar una valoración monetaria de los daños materiales para compensar las pérdidas materiales.

Sin embargo, ¿qué ocurre cuando la pérdida del bien es intangible, como es el Mar Menor?, ¿Cuál es el valor de reparación de los daños morales o psicológicos causados por los presuntos culpables de la catástrofe medioambiental que afecta al Mar Menor, si finalmente alguien debiera compensar por las pérdidas sufridas? ¿Es posible establecer de alguna manera el valor terminal del bien, en base al valor de los bienes y servicios que el Mar Menor genera para todos los habitantes y visitantes de nuestra emblemática “laguna salada”, que en este momento se encuentra en extremo riesgo de pérdida?

En el año 2011 la Comisión Europea, en un intento de proteger la biodiversidad de los espacios naturales dentro en su estrategia común de biodiversidad, propuso que se tuviera en cuenta y se contabilizaran en términos monetarios el valor de los ecosistemas y su biodiversidad, de tal forma, que dicha valoración pudiera tenerse en cuenta a la hora de establecer determinadas políticas públicas y que pudieran realizarse los correspondientes apuntes contables (EEA, 2010a, 2010b; Kumar, 2012; TEEB, 2010).

Calcular el valor de los servicios generados por el Mar Menor para la Región de Murcia no parece demasiado complicado en términos económicos; el problema aparece, como ya hemos apuntado, cuando hemos de valorar, también, el daño moral producido a sus habitantes por la pérdida o deterioro del entorno natural en el que miles de familias y visitantes de nuestra región han desarrollado la vida, las experiencias y los sentimientos. Además, hay que tener en cuenta que la percepción del valor intangible (el Mar Menor) puede depender del grupo social al cual nos dirijamos, es decir; dicha percepción puede ser muy diferente para un pescador de San Pedro del Pinatar, o para un inglés residente en La Manga, o bien, si la persona es menor de 18 años o mayor de 65 años pero, en cualquier caso, conocer la valoración que cada uno de estos individuos hace respecto al sujeto material y al sujeto inmaterial es esencial a la hora de establecer el valor del bien en una escala subjetiva.

Y si eso es así, ¿Cómo podemos trasladar esta escala de valor subjetivo a una escala de valor monetario en términos reales o nominales?

Para abordar este problema, los economistas han desarrollado una técnica que permite medir el valor de los servicios eco-sistémicos mediante el uso de herramientas medioambientales que integran el valor económico, el valor ecológico y el valor social del bien, para obtener el denominado valor total económico (VTE), que a su vez integra el denominado: valor de uso y valor de no uso, siendo este último el valor que se otorga al bien por el mero hecho de su existencia. Pero, ¿cómo valoramos la mera existencia, dado que no existe ningún mercado en el que podamos comparar el valor de la misma? El aire limpio, el valor del agua transparente y cristalina, o la belleza del paisaje, entre otros, no cotizan en ningún mercado.

A pesar de ello, sin embargo, podemos hacer una aproximación relativamente buena al valor económico del entorno natural si preguntamos dentro de una muestra poblacional lo que la gente estaría dispuesta a pagar por mantener y poder disfrutar de determinados entornos naturales y los servicios que estos entornos ofrecen, como son el aire limpio, las aguas cristalinas y el paisaje incomparable, tal como propusieron R. Mitchell y R. Carson, en su artículo publicado en 1989: “Using surveys to value public goods: The contingent valuation method. Washington DC: Johns Hopkins University Press. Resources for the Future.

Una de las claves para obtener un resultado ajustado al valor real de bien, que incluya tanto el valor de uso, como el valor de no uso a la hora de realizar el estudio prospectivo pasa, en primer lugar, por disponer una muestra lo más representativa posible de la sociedad que disfruta del bien. Fue éste, precisamente, el método que los investigadores que firman el trabajo: Ecosystem services and main environmental risks in a coastal lagoon (Mar Menor, Murcia, SE Spain) https://doi.org/10.1016/j.jnc.2017.11.002 usaron para establecer el valor de los bienes y servicios ofrecidos por el Mar Menor, y que apareció publicado por ELSEVIER en el año 2017.

En dicho trabajo, se establece que la disponibilidad media a pagar por conservar el medio ambiente y en este caso la salud del Mar Menor y su entorno, fue de 31,87€ nominales/persona/ año en 2013, momento en el que se realizó el estudio, lo que equivaldría a disponer de una renta anual perpetua en bienes y servicios de 43.326,81€/año (2013).

A partir de este valor, y aunque el trabajo anterior no lo establece, puede calcularse fácilmente el valor actual del Mar Menor, simplemente aplicando el cálculo de lo que en finanzas se conoce como “perpetuidad”. Para aquellos que no estén familiarizados con las finanzas, un ejemplo de perpetuidad sería el salario que una persona jubilada podría recibir mensualmente hasta el final de sus días, en base a la rentabilidad del dinero que hoy tiene acumulado en su plan de pensiones. Contrariamente, también podemos conocer cuánto dinero tenemos ahorrado, en base a la cantidad que recibimos periódicamente.

De esta forma y aplicando este sencillo cálculo, podemos conocer cuál es el valor económico actual del Mar Menor (el activo), que sería equivalente a la cantidad que colocada en un determinado mercado, con un interés anual conocido, nos ofreciera un pago o renta anual de 43.326.181 €. En caso de que el mercado en cuestión fuera capaz de ofrecer una rentabilidad similar a la del bono español a 10 años (aproximadamente 0,2 %); para una obtener una renta anual de 43.326.181 € el valor del activo colocado en Bonos del Estado debería ascender a 2.166 millones de € nominales del año 2013, lo que sería equivalente al valor del Mar Menor en ese año.

Es importante resaltar, que en el momento que se realizó el estudio aun no se había producido el colapso medioambiental del Mar Menor, por lo que si se preguntara hoy en día por la disponibilidad a pagar, cada una de las personas consultadas estarían, muy probablemente, dispuestas a realizar un desembolso mayor por ver su amada “laguna salada” en un buen estado de conservación medio ambiental, por lo que con toda probabilidad el valor del Mar Menor, hoy en día, podría estimarse en el entorno de los 4.000 millones de €, simplemente si cada uno de nosotros estuviéramos dispuestos a pagar 50 €/año por asegurar el buen estado del Mar Menor.

Siguiendo la máxima de que “quien contamina paga”, ahí tienen una referencia del valor económico de nuestro Mar Menor. Vayan preparando la cartera los culpables.

1 Comentario

  1. Interesante artículo.
    Considerable el esfuerzo por monetarizar lo intangible para tratar de concienciar del cuantioso valor de nuestro patrimonio natural..
    Al final de cuentas el valor económico de las cosas depende del valor que quieran y puedan darle las personas. Si querer es poder, de la misma forma el poder determina también en que medida se puede querer. Por ello es tan difícil valorar en términos monetarios el patrimonio natural porque depende más bien de términos anteriores a la valoración económica.
    Por términos anteriores se podrían incluir también a parte del patrimonio natural tantas cosas que queremos y no se pueden comprar y que sólo se pueden conseguir por amor, cariño, amistad, respeto, lealtad, etc..