Mar Menor, zona vulnerable

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Comenzó el mes de julio con una buena noticia para el Mar Menor. Una resolución de la Consejería de Agua, Agricultura, Ganadería y Pesca de la CARM que abre período de información para designar nuevas zonas vulnerables a la contaminación por nitratos de origen agrario. Se trata de nuevas masas de agua subterránea y superficial potencialmente contaminadas. Lo que viene a ser un reconocimiento del descontrol ejercido por una actividad de impacto sin tutela, y sus consecuencias.

La catalogación como vulnerables de masas de agua subterránea y superficial, y de aguas costeras, lleva aparejada la designación con la misma etiqueta de superficies territoriales con escorrentía o infiltración de impacto sobre las aguas en cuestión.

Así que desde Pacto por el Mar Menor entendemos que las tres administraciones irán de la mano hacia el objetivo común; evitar la contaminación de terrenos y masas de agua por nitratos procedentes de la agricultura.

Este nuevo paso firme especifica que la sostenibilidad ambiental en el entorno Mar Menor, establece la obligatoriedad de aplicar el Código de Buenas Prácticas Agrarias de la Región, código de obligado cumplimiento. Esperamos expectantes conocer el contenido de los programas de actuación para prevenir y reducir la contaminación producida por un mal uso y peor control de la fertilización en zona vulnerable. También tenemos la atención puesta en el cumplimiento de las normativas mediante una vigilancia y control efectivo, aspecto que ha hecho aguas por todas partes vistas las consecuencias.

Paralelamente a esta buena noticia asistimos a un par relacionadas con el sector turístico y urbanístico. Una es la demanda del sector hotelero sobre disponibilidad de suelo para uso turístico con el fin de atraer gigantes de la hostelería y competir con Almería, por ejemplo.Reclaman también un Plan intensivo que catalogue este sector como estratégico igual que el agrario o el industrial.

Otra es el plan de urbanización para colonizar la última superficie litoral virgen del Sureste español. La Comunidad ha modificado las Directrices del Litoral concentrando la reserva de terreno destinado a hostelería en la franja próxima a la costa (zona sur de la AP7) además de aumentar la edificabilidad en un 20% en hoteles. El conflicto por los usos del suelo en la zona litoral murciano está servido.

Es difícil comprender el mecanismo por el que los humanos tropiezan con la misma piedra una y otra vez. Es inexplicable que lo hagan en masa, porque están viendo tropezar a sus congéneres. Parece ser que llegado a un punto en el que la acción se reitera por suficiente cantidad de gente el suficiente número de veces, se normaliza e incluso resulta esencial tropezar con la dichosa piedra y abrirse la cabeza para formar parte de una parte que quiere ser el todo, sin serlo.

Como no hemos tenido bastante litoral destruido e invadido por asentamientos de ladrillo con o sin personas dentro, seguimos con un plan propio de analfabetos evolutivos.

Múltiples razones lo justifican, como puede ser la amortización de infraestructuras no rentables que nadie de a pie ha pedido mientras hay tantas demandadas de primera necesidad. Lo normal sería pensar que se construyen viviendas debido a que las existentes no son suficientes para acoger a la población estable y temporal. Pero aquí no pasa nada de eso, como todo el mundo sabe y las viviendas vacías claman, aquí la piedra de los edificios fantasma es de las que hace historia. En las cavernas ocupábamos lugares que nos eran necesarios y nos adaptábamos al medio; hoy día ocupamos territorio aunque no estemos.

Hemos llegado al punto en el que no se espera que haya una demanda, sino que se genera hábilmente. Establecida la demanda ficticia, se busca la población diana que cree haber demandado, y entonces viene la oferta como la salvación imprescindible para la que se debe hacer lo posible, ya sea arrasar zonas protegidas, espacios naturales, coger parte del DMPT o producir mediante actividad de impacto.

En un segundo nivel, esa demanda artificial debe sustentarse en más artificios. A saber, se necesitan determinados servicios e infraestructuras artificiales también. Finalmente, nos encontramos con un exceso de oferta y nula demanda para los que no existe plan B. Resumiendo, vamos de payasada en payasada.

Históricamente los cambios climáticos de la naturaleza han generado la evolución de las especies por su adaptación a los nuevos escenarios. Hoy hemos evolucionado hasta el punto de inducir el cambio climático para aniquilarnos. Lo peor es que la adaptación del Homo Sapiens a estos impactos generados por un clan de la misma especie claramente picaresco, ha sido excelente. Los de sangre más caliente, se han agotado. Los de sangre templada están acojonados. A los de sangre fría, les da lo mismo. El clan picaresco es el que realmente sustenta la evolución y la cosa tiene visos de antropofagia.

2 Comentarios

  1. Muy buen artículo, Celia.
    Es triste ver el afán que hay por hormigonar, cementar y alicatar el poco espacio natural que queda en el Mar Menor por parte de personas sin escrúpulos medioambientales y con la colaboración de una clase política que deja mucho que desear. Me quedo con dos palabras «demanda ficticia».
    Esperemos que la UE tenga algo que decir al respecto y sea bien asesorada por la Agencia Europea de Medio Ambiente.

  2. Gracias Jorge, por tu atenta lectura y comentario.
    Estuvimos como Pacto por el Mar Menor en el Parlamento Europeo exponiendo los incumplimientos en dos ocasiones. La verdad, lento y lastrado. No sé si la solución vendrá de Europa, pero lo que sí creo que cada uno de nosotros debemos ser parte de esa la solución. ¡Continuamos! Un abrazo.