Un pacto intergeneracional

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A veces miro fotografías y me quedo absorta pensando en su mensaje. Hay siempre un algo más allá de la imagen, aún mayor si has formado parte de ella, que me ubica en un espacio tiempo diferente al real, necesario para poder captar esa voz en off que las envuelve. Hace unas horas veía las últimas fotografías del grupo de coordinación de Pacto por el Mar Menor y las imágenes me han susurrado la importancia que tiene el vínculo intergeneracional en esta lucha.

Como por desgracia las nuevas generaciones no han conocido al Mar Menor con toda su biodiversidad intacta, sus riberas con su fauna y flora característica y sus paisajes sin alterar, resulta esencial transmitirles el valor ecológico perdido y explicar por qué nos duele tanto. Es fundamental un gran pacto intergeneracional de diálogo y contacto real para legar una historia, un lugar o unas vivencias. El vínculo con el medio natural original queda un tanto desdibujado hoy también porque los espacios de silencio están llenos de ruido virtual. Y el sentimiento humano se expresa mejor frente a frente.

En Pacto por el Mar Menor somos varias generaciones y es maravilloso comprobar como complementamos todo. Es una de las cosas que más me llega; la cercanía y la conexión junto al respeto por el individuo y sus elecciones, así como una seriedad en los valores éticos. Nuestro origen y fin es nuestra laguna litoral, que nos da el nombre y que sella nuestro logo. Precisamente por ser personas muy heterogéneas y movernos en espacios de encuentro desarrollamos casi de modo natural el aspecto sociológico de esta lucha medioambiental.

Desde nuestra constitución hemos desarrollado una actividad muy empática que nos ha llevado a conocer y colaborar con otras personas y colectivos bajo la temática del Mar Menor. Hemos sido capaces de reunirnos con todo aquel partido político, asociación, persona física o profesional de diferentes áreas, siempre con la intención de sumar. Creemos firmemente que toda persona es digna de ser escuchada si tiene algo de valor que aportar al Mar Menor y si nos llama para contar con nosotros. Desde luego, esta característica ha sido y es difícil de comprender porque la costumbre es encasillar a colectivos o personas en clichés estrictos que convienen únicamente a quien se erige encasillador y a su propio mensaje.

Volviendo a la imagen de Iván J. Urquizar que acompaña este texto veo y siento un conjunto de generaciones y personas diversas, decididas y a la vez serenas. La voz en off es el arrullo del mar y la luz, la de su atardecer. Y ahí hay un vínculo incuestionable entre medio natural, paisaje, y seres humanos, el mismo que sintió Carmen Conde al escribir sus Poemas del Mar Menor, el mismo que sienten personas diversas. Es necesario alimentar el diálogo intergeneracional del Mar Menor en su misma orilla en un hermoso ejercicio de aunar pasado, presente y futuro. En una suma de partes que darán el todo.