Hoy nos ubicaremos
en nuestro querido San Pedro,
que apostillamos del Pinatar,
donde nos conocimos
por donde pasemos,
y donde volveremos a vernos
con sus molinos al fondo,
como sempiterna compañía.
¡No hay besos
que superen a los del Mediterráneo!
Dime que podrás venir
en este nuevo momento
que hemos creado
para vivir en paz, junto al mar,
ése que consideramos nuestro
con lo que somos.
La historia nos arropa
y nos avala en su acontecer flamante.
Nos llevaremos
hasta ese punto emocionado
que estamos gestando
y que nos debe dictar
las reglas más queridas
y otras que, sin duda, romperemos.
Dispongamos con libertad
las caricias ilusionadas,
y más, mucho más.
Dibujemos el deseo.
Ya está.
Ahora toca esperar
que lleguen la Luna
y sus sones hasta el alba.
Juan Tomás Frutos.