Nos enamoramos
del mismo destino.
Tenemos suerte
de estos orígenes costeros,
en unos parajes idílicos, con molinos,
con vientos suaves, con flora y fauna espectacular,
con sabor a sal, con dioses cargados de simpatía.
Nos hallamos
en el camino que procura
memoria y afán de superación.
Es Murcia, y su extraordinario litoral.
El amor aquí es todo:
surge de todo, y en todo está.
Repetir lo evidente
es garantizar un poco
el futuro en paz
al que tenemos derecho.
No hay sitios, veredas y rincones
con más sosiego.
La llave de todo
es el amor.
En todo, de todo.
Aquí lo descubres,
y, si no ha llegado,
es cuestión de tiempo.
Las circunstancias que nos definen
se hallan a buen recaudo.
Mira a tu alrededor con calma
y verás lo mismo que yo.
Este encuentro de mar y tierra
es una llave de esperanza
y de futuro.
Con ella todo lo puedes abrir.
Prueba.
Juan Tomás Frutos.