18 de septiembre…

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Mapa del III Plan de Desarrollo donde aparece La Manga Club como proyecto. / DLM

…de 1971:

Robert D. Putman y Gregory Peters son los artífices del diseño y realización de uno de los mejores y más selectos campos de golf de España cuya construcción se inició en las faldas de los montes de Atamaría.

Según la empresa constructora el gran complejo turístico-deportivo albergará campos de golf de treinta y seis hoyos y obligará a remover un millón de metros cúbicos de tierra, enterrar sesenta mil metros de tubería para riego, instalar mil quinientos aspersores pop-up Buckner, diseñar catorce lagos artificiales que ocuparán diez hectáreas en total y la plantación de más de dos mil palmeras adultas en todo el recinto.

Peters, el verdadero mecenas del magno proyecto, pensó inicialmente en construir un discreto campo de golf de nueve hoyos en los terrenos previstos como zona verde por Bonet en la Cala del Pino y Monteblanco, hasta que se decidió por el impresionante y virgen bosque natural de pinos existente entre Portmán y Los Belones (adquiriendo las fincas de El Coto –las primeras doscientas hectáreas compradas el 28 de febrero de 1970-, El Mojón y El Estudiante) donde trasladó un remedo del complejo golfístico existente en Palm Springs en California.

Según afirmó el propio Peters:

«Fui por primera vez a La Manga invitado por Huarte y Compañía para ayudarles en sus planes de desarrollo de La Manga. Quería un campo de golf de nueve hoyos para mis amigos y clientes, pero al final adquirí 600 hectáreas, en las que construir dos campos de golf de 36 hoyos y un complejo turístico«.

Para ello el norteamericano Peters fundó, el 25 de julio de 1971, la empresa “La Manga Campo de Golf S.A.”, con domicilio social en Madrid y un capital social inicial de 184.800.000 pesetas (repartidos en 1.760 acciones “al portador” de 105.000 pesetas cada una) cuya misión era, no solo la construcción del citado complejo, sino la captación de más capital interesado en invertir en el negocio inmobiliario para ir progresivamente ampliando el negocio.

El proyecto fue presentado en el Ayuntamiento de Cartagena el 26 de noviembre de este año y aprobado por la Corporación municipal en enero del siguiente. Según el dictamen de la Comisión de Urbanismo y Planes de Ordenación la responsabilidad de la materialización del Plan Parcial Especial de las tres fincas recaía sobre Atamaria S.A. y La Manga Campo de Golf S.A. Junto al tremendo movimiento de tierras que provocó la construcción del complejo, que cambiaría completamente la fisonomía de todo un valle, cabe destacar también el terrible impacto medioambiental que generó la sobrexplotación de los acuíferos de la zona al abrirse, ese mismo año, los pozos Linde 1º, Linde 2º, La Rambla, La Pepa, El Algarrobo, Cabezo, La Huerta, El Intermedio, Conesa y Los Martillos para cubrir la demanda de agua que las obras, y futuros habitantes, iban a necesitar. El propio Peters llegó a reconocer, en rueda de prensa, que el complejo requería cuatro millones de litros de agua al día (lo que consumía, en aquella época, un pueblo de unos trece mil habitantes).

Los primeros trazados sobre el terreno se hicieron el 25 de enero de 1971 y, cuatro meses más tarde, ya estaban sembrando el césped.

Según la prensa nacional…

“…las perspectivas turísticas para esta amplia zona de La Manga del Mar Menor no pueden ser más óptimas; se busca decididamente la llegada de turistas norteamericanos.”


Esta y otras efemérides están recogidas en el libro De Cabo de Palos a La Manga del Mar Menor. Del siglo XV al XX, de José Luis Domínguez.

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