El Partido Cantonal sí estuvo a punto de autorizar la urbanización de Calblanque en 1987

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En contestación a un comentario realizado en redes sociales por uno de nuestros lectores poniendo en duda la veracidad de los datos aportados en el texto de la Efeméride del 18 de mayo, y publicado este fin de semana, procedemos a ampliar la información para satisfacer el lógico interés por conocer la verdad de lo sucedido en el intento urbanizador de Calblanque por la empresa germano-libanesa Costa Paradiso en 1987 durante el gobierno del Antonio Vallejo Alberola del Partido Cantonal.

La información procede de la hemeroteca del diario La Verdad y Hoja del Lunes a la que puede acceder cualquier ciudadano interesado en conocer lo sucedido hacer treinta y dos años.

Según el diario La Verdad de martes 19 de mayo de 1987 el Ayuntamiento de Cartagena decidió recurrir el Plan General y Especial de Calblanque dado que para el concejal de Urbanismo, José Ramón Bustillo, el citado Plan era “excesivamente proteccionista”.

Bustillo declaró a la prensa que se iba a interponer, en breve plazo, dos recursos de reposición ante el Consejo de Gobierno de la Comunidad Autónoma para solicitar su revisión.

La postura adoptada por la Corporación municipal, gobernada en el citado mes, día y año por Antonio Vallejo Alberola, del Partido Cantonal, era tajante: parte de los terrenos de Calblanque “no necesitan de una protección especial, como es el caso de las laderas norte de las montañas circundantes” que, para Bustillo, “son terrenos agrícolas”.

Además, continuaba argumentando el equipo de gobierno cantonal “un diez por ciento del resto de la zona no contiene flora o fauna digna de proteger, no posee condiciones paisajísticas peculiares, por lo que sería viable su urbanización que, a la vez, contribuiría a mejorar y garantizar la gestión del entorno ecológico”.

“Las construcciones –continúa el artículo publicado en La Verdad y firmado por Gómez Vizcaíno- servirían de barrera artificial a las agresiones exteriores, dotándola de una infraestructura de servicios y vigilancia que evitarían las acampadas salvajes que degradan el espacio”.

“En todo caso –puntualiza Bustillo- un futuro plan de actuación urbanístico restrictivo delimitaría una serie de condiciones, como será la construcción de chalés aislados y en solo un diez por ciento del terreno calificado como urbano”.

Finalmente, el concejal de Urbanismo argumenta que proteger Calblanque saldría por 600 millones de pesetas un dinero que la Corporación no posee.

El concejal no duda en defender los argumentos de la empresa urbanizadora Costa Paradiso afirmando que el estudio de flora y fauna realizado por ésta es más exhaustivo que el de la propia Comunidad Autónoma y “se ve claramente que los terrenos que nosotros proponemos como urbanizables no posee condiciones paisajísticas, ni ecológicas dignas de proteger”.

Tres días más tarde, el viernes 22 de mayo, y ante las críticas surgida en la opinión pública, el cantonal Antonio Vallejo se vio obligado a salir al paso de las declaraciones realizadas por Bustillo afirmando en La Verdad (en un artículo firmado por Andrés Pastor) que los recursos contra la protección de la zona lo hace por razones de “viabilidad económica” y que para su equipo de Gobierno “es fundamental la protección de este parque natural”.

De esta forma en tan solo tres días corregían la línea de su partido afirmando que la oferta de construcción de cinco mil viviendas o edificios de cuatro plantas en Calblanque por Costa Paradiso “en ningún momento se pensó en aceptarla”.

El conflicto llegó también a provocar una Editorial de la desaparecida Hoja del Lunes el 1 de junio de ese año donde se dejaba meridianamente claro lo que había sucedido: “Los responsables políticos del Ayuntamiento de Cartagena –dice la editorial- seducidos por el plan urbanizador de la empresa Costa Paradiso S.A. metieron la pata días atrás al afirmar, primero, y por boca de su concejal de Urbanismo que parte de los terrenos de Calblanque no necesitaban de una protección especial por lo que sería viable su urbanización… y el alcalde, rectificó lo dicho”

Hoja del Lunes concluye el artículo afirmando que “si bien el Ayuntamiento ha rectificado a tiempo esta vez sus pretensiones iniciales. No acabarán aquí, me temo, las tentativas de la constructora germano-libanesa Costa Paradiso empeñada en explotar sus posesiones en la zona. Ni tampoco será esta la única amenaza de deterior que sufra dicho espacio”.