Efectivos de Protección Civil Cartagena durante un simulacro
Efectivos de Protección Civil Cartagena durante un simulacro / Ayuntamiento de Cartagena

La Manga del Mar Menor es el destino turístico de sol y playa por excelencia de la Región de Murcia, sin embargo sus kilométricas playas, casi paradisíacas, guardan un triste récord, el de muertes por ahogamiento.

Según los  datos disponibles, el numero de fallecidos en la región por este síndrome asciende a 36 personas, 10 de ellas en el Mar Menor. Esta tasa de mortalidad dista mucho de la del resto de comunidades autónomas, además, siendo la edad de los que sufren este síndrome significativamente más elevada.

El Síndrome de Inmersión o Ahogamiento es aquel que provoca la muerte de una manera súbita por parada cardíaca, tras la inmersión en agua, pero casi siempre precedida una causa que precipita el ahogamiento. Las víctimas más frecuentes son sobre todo niños y adultos jóvenes, y casi un 80% son varones. Sin embargo en nuestra región la edad media es mucho mayor,  lastrada por los ahogamientos de victimas mas añosas en nuestras aguas. Dicha incidencia no sólo no ha demostrado una tendencia a disminuir, sino por el contrario, el aumento de las temperaturas, el abuso del alcohol y drogas,  el uso de fármacos sin seguimiento y el aumento en la práctica de deportes acuáticos ha incrementado su frecuencia en los últimos cinco años.

El ahogamiento se produce por disminución del nivel de conciencia o imposibilidad de la víctima para nadar, y en la mayoría de los casos se combinan ambas circunstancias.

El ahogamiento se produce por disminución del nivel de conciencia o imposibilidad de la víctima para nadar, y en la mayoría de los casos se combinan ambas circunstancias. La presencia de patología cardíaca, es la responsable de forma mayoritaria de los casos de ahogamiento en nuestras aguas, principalmente a modo de cuadro sincopal o «mareo», pero existen otras múltiples causas que pueden precipitar el ahogamiento y que deben de tenerse en cuenta, como los traumatismos en cabeza y cuello en la práctica de deportes náuticos;  las enfermedades que cursan con disminución del nivel de consciencia de forma brusca como la epilepsia o la diabetes, incluso el accidente cerebrovascular.

La  alta tasa de mortalidad en el Mar Menor, que supone un tercio del total de muertes por ahogamiento en toda la Región, es el reflejo de las especiales condiciones que presenta nuestra laguna salada: escaso oleaje, poca profundidad, temperatura del mar elevada y exposición solar prolongada; lo que le confiere cierto aire de seguridad para personas menos resueltas en el mar. Estas condiciones favorecen la deshidratación, la hipotensión y la descompensación de patologías crónicas previamente controladas, que precipitan el ahogamiento.

Pese a la existencia de ahogamientos, el Mar Menor es seguro y adecuado para el baño, siempre que se sigan una serie de recomendaciones. En primer lugar no olvidar que pese a que los ancianos son el grupo más vulnerable en nuestro medio, los niños y los jóvenes son los más expuestos a este tipo de accidente a nivel general. Por este motivo deben de ser objeto de vigilancia continua y seguir las adecuadas recomendaciones de los servicios de asistencia en playa. Hay que educar activamente a niños y jóvenes en los peligros del mar, evitando zambullidas de cabeza en zonas poco profundas, respetando la señalización de las zonas destinadas para el baño, separando alcohol y drogas del mar y practicando deportes náuticos de forma segura en instalaciones habilitadas para ello y con los permisos oportunos, lo que asegurará unas vacaciones de ensueño en nuestras costas.

En el caso de los ancianos, mantener una buena hidratación, controlar las patologías crónicas, disminuir la exposiciones al sol,  y evitar el baño sin supervisión en personas con dificultad de movilidad, presencia de patología cardíaca, o simplemente muy ancianas, se traducirá en un mayor numero de personas que podrán volver a disfrutar de nuestras playas año tras año sin preocupación alguna.