Un noruego sube El Monte de Las Cenizas diez veces el mismo día

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Kjell Tennfjord subió el lunes 10 veces seguidas el Monte de las Cenizas.
Kjell Tennfjord subió el lunes 10 veces seguidas el Monte de las Cenizas. / I. MILANOV

A veces las apuestas con una cerveza en la mano pueden ser muy peligrosas. Pero no todas son malas. Al menos, es lo que le ha pasado a Kjell Tennfjord, un noruego que el lunes batió un curioso record en la zona y que está al alcance de muy pocos atrevidos. Subió el Monte de las Cenizas diez veces seguidas y sin parar. Invirtió más de once horas en una apuesta que a buen seguro no volverá a repetir.

Todo comenzó hace un año, cuando en febrero de este año Tennffjord estaba en La Manga Club con unos amigos y estaban viendo el campeonato de biatlón, un deporte de invierno que combina esquí de fondo y tiro con carabina. Estaban viendo la competición femenina y apostó en ese momento que si el equipo conseguía la medalla de oro, subía el sendero diez veces, un camino que conocía bien y que ya había hecho. No se lo podía creer cuando las chicas se colgaron la medalla de oro en el cuello, ya que pensaba que el equipo no tenía posibilidades. Tiró de agenda y más de un año después, ha cumplido su promesa.

Tennfjord es un empresario, aunque en su país es más conocido por ser entrenador de fútbol. Consiguió llegar a varias finales de copa y ha entrenado varias temporadas en la primera división de su país con buenos resultados que le llevaron a jugar competiciones internacionales con el SK Brann, donde quedó eliminado por el Liverpool en 1997 en cuartos de final de la antigua Recopa de Europa. Amante del deporte que cumplirá en diciembre 63 años consiguió hacer su proeza en 11 horas y 14 minutos sin parar.

La hazaña deportiva no era nada fácil. El camino son unos seis kilómetros, a los que hay que añadir los de bajada, con un desnivel aproximado de 283 metros. Para muchos conductores y vecinos de la zona, esta prueba pasó desapercibida ya que no había ni coches oficiales ni grandes marcas comerciales, solo su amigo Ivo Milanov que lo esperaba en la entrada del monte, a la orilla de la carretera a pesar de los más de 25 grados que hizo el lunes en la zona.

Lo tenían muy bien planeado ya que la carrera comenzó a las cinco de la madrugada, cuando el sol todavía no había salido para intentar que el calor no afectara demasiado. No le faltaba ningún detalle. Más de siete litros de agua, fruta y frutos secos era lo que comía el deportista cada vez que llegaba a la base de la montaña donde le esperaba su amigo sentado en un banco para darle ánimo y fuerza.

Sobre las cuatro de la tarde, Tennfjord estaba ya agotado y satisfecho por haber conseguido terminar su promesa, tras más de once horas de subidas y bajadas. A buen seguro, que en la próxima vez se lo pensará mejor antes de apostar con sus compadres.