La VI Clásica del Mar Menor, 500 años después de arribar la Nao Victoria

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Puede que sea coincidencia o puede que no, que este 6 de septiembre haya arrancado este bonito evento de la Clásica del Mar Menor, coincidiendo con la fecha en que llegaron casi desnudos, desnutridos, agotados y harapientos nuestros marineros de la Nao Victoria a Sanlúcar de Barrameda para cumplir una promesa, después de llevar a cabo la mayor aventura conocida por la humanidad : la primera circunnavegación alrededor del mundo.

Organizar un evento con casi 40 embarcaciones de época, venidas de todas partes no es tarea sencilla, y Andrés Sánchez Caballero su artífice, me consta que ha trabajado duro en esta edición. Acostumbrado como está a bregar en producciones de su época cinematográfica, ha sabido capear el temporal y salir con buena proa, y como él comenta además, por sus venas corre sangre de tres generaciones de marinos, que le dan la impronta que hace falta para hacerlo con cariño y marinería.

Yo mismo, día 6 por la mañana, acababa de arreglar la regala con un calafate a una leyenda del mar, el laúd latino 11 de Mayo, también conocido como “Carrión”, construido por el maestro Pinto en 1910, que averiado, no ha podido asistir a esta convocatoria como sí hizo en las anteriores, dejando un trozo de mí en sus maderas para siempre.

Suerte que Andrés acertó homenajeando a su armador intemporal Miguel Ángel Celdrán con una placa que reconocía sus méritos en la Vela latina. También a José Cánovas Bolarín “el Canovillas”, que ya hablamos de él en la crónica anterior y a Kuki Keller, empresario hostelero y mecenas de la vela latina con sus regatas del Varadero, bar de culto de la curva de Lo Pagán en los años ochenta, renacido ahora en la playa de las Higuericas y que tras un desgraciado accidente, se encuentra convaleciente. Ánimo KUKI te queremos ¡!

Todos los asistentes a esta edición de la Clásica lo han pasado bien, compartiendo esta afición por estos barcos de madera que atesoran cada uno historias para deleitarnos, algunos centenarios como el Maria III de Torrevieja de 1901 de Juan Bernabé, la Conchita de 1886 de la familia Barnuevo, el Flor de Mayo o el Sur, por hablar de los que son más cercanos.

La organización distribuyó los eventos en dos campos de regatas por cuestiones de logística náutica como el calado de las embarcaciones grandes, que no entran en el Mar Menor.

Los barcos clásicos grandes en el campo Norte, con Village en los Puertos del Club náutico de San Pedro del Pinatar y de la Marina de las Salinas, y los latinos en el campo sur con village en el Club Náutico Lo Pagán.

San Pedro del Pinatar debe de ser uno de los pocos ayuntamientos con la fortuna de tener cuatro clubs Náuticos y desde luego el único que los tiene en dos Mares tan peculiares y tan maravillosos.

Esta edición contaba además con el privilegio de haber sido elegida por la Comisión del V Centenario como sede de uno de sus eventos conmemorativos de esta efeméride, dentro de los actos que se llevarán a cabo durante los tres años venideros. Así se premió con un Trofeo Juan Sebastián Elcano, entregado en la Casa América de Madrid por la Ministra de defensa y la Armada española representada por el AJEMA, y altos cargos de ambas instituciones en el mes Marzo del año 2018.

Este busto presidió los actos de entrega de trofeos de esta Clásica el Domingo, con autoridades como el almirante del Arsenal de Cartagena, Aniceto Rosique, Visitación Martínez, alcaldesa de San Pedro del Pinatar, concejales de deporte de varios municipios, Presidente de la Comisión de Regatas de la Armada Fulgencio Jumilla y el Presidente de la FVRM, Arturo García Pallarés, y todos los Presidentes de los Clubs náuticos organizadores y colaboradores. También visitó el evento la nueva Consejera de Turismo Juventud y Deportes,  María Cristina Sánchez, que disfrutó de ver arbolar los latinos como se lleva haciendo desde tiempo inmemorial, a la mano y anudando todas sus jarcias una a una.

Qué duda cabe que actos como este focalizan y ayudan a conservar y promocionar nuestra cultura marinera y a conservar nuestro Patrimonio marítimo que es extenso y muy peculiar.
Yo solo tuve la suerte de poder seguir las regatas del Campo Sur el domingo, por eso mis comentarios serán solo respecto a ese campo, ya que el sábado planifiqué la reparación del Laúd SUR (campeón de la edición anterior) que se nos averió en la bonita travesía al RCR de Santiago de la Ribera, maravilloso Club Centenario que nos acogió amablemente el viernes por la tarde, donde se expusieron los barcos que hasta allí navegaron.

Las regatas

Las regatas de sábado y domingo se desarrollaron con viento fresco de levante, y los latinos salieron precavidos, algunos con sus velas rizadas, aunque era más el susto que la realidad, pues aunque hubo abocones en los 21 palmos, los días fueron buenos para los valientes y premiaron los que salieron con todo su trapo desplegado.

Los Laúdes de 33 palmos dieron por ganador al Conchita del RCRSR, que hizo una preciosa Regata, sin dejar opción sus rivales y proporcionando unas espectaculares imágenes de cielos nublados y la marinera familia Barnuevo demostrando que la decana de los laúdes de 33 sigue siendo una embarcación campeona.

En 42 palmos el Illeta triunfó además de con una dotación numerosa, con un patrón de categoría que se estrenaba en latinos y que yo creo que quedará atrapado en ellos como me ha ocurrido a mi a todos los que se acercan a esta navegación artesanal y milenaria, Vicente Martínez Esparza cedió la caña a Jose Emilio Regodón Patrón del Buque Hespérides… solo ver su cara agarrando con fuerza la caña para maniobrar una trasluchada era un lujo, todo felicidad !!

En los 21 palmos hubo alguna discrepancia para ver quién era el ganador, ya que al haber habido dos mangas, el Juez y la organización dieron por válida solo la del domingo, quitando la ilusión al bote Olimpo, que navegó en ambas con un 1º y un 2º, de ser el Campeón del Trofeo. El Bote Cala ganó de forma indiscutible la regata del Domingo y ninguno de los dos botes recogieron sus trofeos de 1º y 2º para no soliviantar las ilusiones de sus tripulaciones.

El dinero de las inscripciones se donó a La iniciativa solidaria “Navegando por la vida” que acoge a niños con enfermedades oncológicas y crónicas, y que realiza un trabajo increíble con estos niños tan vulnerables, que asistieron a ver el espectáculo. Pepe Ballester está llevando su trabajo con ellos viento en popa.

Se entregaron placas a todos los asistentes entre aplausos, el público estaba feliz, los vascos como siempre, los gallegos, valencianos, mallorquines con las ganas de regresar donde saben que son tratados con nuestra hospitalidad murciana y con el cariño de la organización. La parte social estuvo increíble, desayunos, comidas y un arroz gigante y buenísimo como podéis ver en las fotos .El cierre de fiesta con música en vivo, donde bailamos los de siempre y donde Andrés pudo relajarse y sonreír con la satisfacción de haber logrado que esta VI edición haya sido un éxito de participación y sabiendo que ya puede preparar la siguiente,

Muchas Gracias Andrés y hasta el año que viene. Suelta amarras… ¡Navega lejos, Explora y Sueña!

Reportaje fotográfico (Angel Maciá, Ramón Olmos y Emilio Gil):