Los orígenes del “caso Hotel Lagoymar” en La Manga del Mar Menor (y III parte)

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Imagen de los hoteles Lagoymar y Doblemar junto al recién inaugurado Tiro Pichón / DLM

Poco antes de inaugurar el Casino en 1978 Tomás Maestre se encontró con una buena noticia: el juez José Enrique Carreras Gistau de Madrid desestimaba la demanda presentada por Dragados y Construcciones contra Hotelmenor S.A. por la rescisión unilateral que esta última hizo del contrato que firmaron para la construcción del hotel Lagoymar tras los dos informes con que contaba el promotor vistos con anterioridad.

Fue el 31 de julio de 1978 y, según Hotelmenor en la sentencia que lo absolvía, Dragados no había hecho entrega del hotel debidamente terminado en la fecha acordada presentando, además, graves defectos de construcción como lo acredita el detallado informe que realizó el Colegio Oficial de Arquitectos de Madrid a petición de Tomás Maestre.

Jugando con las palabras el texto afirma que “…no era menos cierto que la obra litigiosa no solamente no había demolido su prestigio [de Dragados y Construcciones] sino que su proceder constructivo… se podía denominar de auténtica chapuza”.

Hotelmenor notificó mediante carta a Dragados “su voluntad de resolver el contrato fundándose en el incumplimiento del plazo de ejecución” pidiendo que se declarara resuelto el contrato firmado el 9 de junio de 1973.

Dragados, por su parte, alegó las dificultades jurídicas que entrañaba el extraño entramado de empresas que conformaba el grupo creado por Maestre en la medida en que la constructora, pese haber sido llamado por Rentasegura SA para hacer el hotel, firmó un contrato con Hotelmenor en calidad de “dueño de la obra” que fue la que “faltando muy escasas unidades por realizar –añadió en su defensa– comunica a la contrata la orden de cesar en la ejecución de los trabajos y abandonar la zona de obras”.

Dragados pedía que se condenara a Maestre a pagar los daños y perjuicios ocasionados por la paralización de la obra que, según ella, ascendía a 38.078.425pts. más los intereses legales.

Dragados, aunque “no tenía más remedio que reconocer que la obra no se ejecutó en el plazo pactado… …le causaba profunda perplejidad lo alegado ya que faltaban muy escasas unidades que realizar” considerando que Hotelmenor excusaba el pago “…en el pretendido incumplimiento del plazo de ejecución y en un supuesto defecto de la calidad de la obra entregada”.

El fallo, finalmente, sentenció:

«Que desestimando la demanda formulada por el Procurador señor Monsalve en nombre y representación de la compañía mercantil Dragados y Construcciones SA, debo absolver y absuelvo de la demanda y demás pretensiones contenidas en el escrito de réplica a la sociedad demandada Compañía de Explotaciones Turísticas y Hoteleras de La Manga del Mar Menor, sin hacer expresa imposición de costas”

Y así se quedó la estructura del hotel Lagoymar hasta nuestros días. Por su parte, su gemelo Doblemar supo salir airoso del conflicto transformándose, como ya vimos en otros artículos publicados, en la sede del Casino tras conseguir Tomás Maestre la licencia una vez se legalizó el juego en España convirtiéndolo en un hotel-casino generosamente subvencionado por el Estado.

(Datos extraídos del tercer trabajo de investigación histórico sobre La Manga denominado “La Manga del Mar Menor. Su origen urbanístico. Maestre, principales proyectos y entramado societario” de este autor y pendiente de publicación).

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4 Comentarios

  1. Muy interesante todo. No obstante, según mi modesto parecer sigue sin explicarse la cuestión mollar: qué ha venido sucediendo desde 1978 para que la situación de la edificación no haya encontrado solución pese a los casi 40 años que han pasado desde entonces. Para mí ésa es mayor incógnita, porque no me explicó como tras dos «booms» inmobiliarios -el de finales de los 80 e inicios de los 90, y el de los años 2002-2007- nadie le ha metido mano a ese inmueble. ¿Por qué manos ha pasado?, ¿qué es lo que ha dificultado su venta y/o rehabilitación?, ¿ha habido más pleitos desde entonces?.
    Gracias en cualquier caso.
    Víctor.

    • Efectivamente Víctor queda mucho camino por recorrer para conocer los entresijos (hasta ahora ocultos) del pasado de La Manga. Trabajo con documentación original de la época que vecinos y amigos me van consiguiendo y, desgraciadamente, no tengo nada sobre lo que pasó posteriormente con el hotel Lagoymar. He oído muchas cosas sobre esa época posterior pero, como historiador, solo refiero documentos escritos y originales, no uso testimonios orales porque éstos están sujetos a muchas subjetividades de quien lo cuenta y casi siempre contradictorios.
      Gracias a ti por el interés mostrado. Me anima a seguir investigando y publicando.