El Casino de La Manga, en marcha (I)

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Plano (sin datar) del proyecto de adaptación de la planta baja del Hotel Doblemar a las necesidades que el Casino requería. / DLM

Las intenciones que anunciara en la II Asamblea de Turismo celebrada en 1974 para lograr la legalización del juego en España y permitirle, así, abrir un Casino en La manga empezó a tomar forma el 15 de mayo de 1976 cuando asistió Enrique Doval en representación de Maestre a una mesa redonda en el Casino de Lydia (Francia).

Su objetivo, recabar información y lograr contactos para permitir que el Gobierno español legalizara este tipo de instalaciones.

En el informe que Doval redactó y entregó a Maestre a su regreso de Perpiñán aparecen los argumentos que usarán para defender su legalización:

Es evidente la conveniencia que para España hoy tiene despenalizar el juego, ya que como primer y directo efecto se evitará la actual lacra social del juego clandestino, que a nadie beneficia, normalizando así de hecho una situación vergonzosa y orientándolo en beneficio de la comunidad.
– El juego redundará en una corrección de la estacionalidad turística, en la creación de una estructura hotelera de lujo y en la promoción y desarrollo de todas las actividades complementarias del fenómeno turístico, incidiendo así muy beneficiosamente en el aspecto social al dar seguridad y continuidad de empleo en importantes sectores de población.
– La implantación del juego en España evitará el importante drenaje de pesetas que hoy en día los españoles dejan en los casinos fronterizos y, por el contrario, logrará que haya un flujo muy considerable de divisas que nuestros visitantes dejarán, sin duda, en nuestros casinos.
– Una adecuada política fiscal podría y debería destinar parte de los beneficios del juego a una intensa promoción turística.
– Se deberá procurar que el juego en sí sea una actividad lo suficientemente rentable como para que la desarrollen empresas serias, que puedan dar una imagen de moralidad y prestigio, evitando la llegada de oportunistas que por error o por cálculo quieran hacer del juego en sí una auténtica mina de oro”

Tomás Maestre, sabedor de la importancia de sensibilizar rápidamente a la opinión pública, no dudó en poner en marcha importantes campañas de promoción a favor de la legalización del juego gracias a los contactos personales con los que contaba entre la prensa de la época.

Así, tan solo siete días después de la reunión de Perpiñán, se puso en contacto con Mariano Sánchez Gil, del grupo editor Anaya para que lanzara un reportaje en El Economista contando las excelencias de la puesta en marcha de casinos en núcleos turísticos españoles.

Enrique Doval, sin embargo, prefirió ser “comedido” en la nota-resumen que le envió al periodista Ricardo Gil… “…me ha parecido adecuado –explica Doval a Maestre en una carta fechada el 22 de mayo de 1976- hacer una nota lo más aséptica posible pues creo que el carácter de El Economista y su difusión nacional, no hace aconsejable arrimar el ascua a nuestra sardina, tal como los promotores catalanes han hecho descaradamente en las informaciones publicadas en la prensa de la zona”.

Por fin lograron la legalización del juego en España dos años más tarde.

El 18 de febrero de 1978 recibió una de las dieciocho licencias que el Estado concedió para la instalación de casinos de juego. Según declaró Maestre el nuevo casino crearía casi mil puestos de trabajo bajo la dirección de una empresa, Azarmenor S.A., creada expresamente para la explotación de las nuevas instalaciones en 1973.

En el casino de La Manga podrá jugarse a la ruleta y al bacarrá (prohibidos durante más de cincuenta años en España) y acabó ubicado en uno de los hoteles, el Doblemar, autorizados y subvencionados por el Estado y cuyo futuro hasta entonces no lo tenía claro ni el propio Tomás Maestre.

Cuando se concedió el permiso ya se había construido el sesenta por ciento de la primera fase del proyecto entre los que se incluía área de juegos, restaurante de gran lujo, piscina climatizada cubierta y mil plazas hoteleras.

“La segunda fase incluye palacio de congresos y convenciones, sala de espectáculos capaz para 1.600 espectadores, más piscinas y áreas de playas a ambos lados de la antigua franja arenosa. Para la última anualidad hay previstas otras 1.000 camas.”

El Casino de La Manga, en marcha (y II)

(Información obtenida del libro «La Manga del Mar Menor. Principales proyectos y estructura societaria», de este autor. Edlibrix 2018).