Ante la inminente amenaza de una fuerte sanción por parte de la Consejería de Cultura a los propietarios de los terrenos donde se encuentran los restos de las ermitas del Monte Miral, Portmán Golf acaba de presentar su proyecto de mantenimiento para evitar que se desmorone lo poco que queda de ellas.

Tanto Javier Lorente como Juan Miguel Margalef, autores de diversos escritos denunciando la lamentable situación en la que se encuentran las ermitas, tienen intención “de entregar otro documento —según ha declarado el primero a Diario de La Manga— preguntando por el proyecto, sus características y plazos de ejecución” anunciando que tienen intención de personarse también en todo el proceso de obras que ponga en marcha Portmán Golf.

El expediente sancionador lo inició la Dirección General de Bienes Culturales ante la “inactividad de la empresa interesada, titular responsable del Bien… …por el incumplimiento del deber de conservación, custodia y protección del Patrimonio Cultural, ya que del mismo —continúa el texto del documento— se derivan daños graves para los bienes protegidos”.

Gracias a este aviso de sanción contra la empresa, Portmán Golf presentó el 1 de septiembre de este año un escrito donde designaba arquitecto responsable y director técnico a Luciano Martínez Menchón, quien se hará cargo del proyecto de protección y conservación de las ermitas.

El texto añade que la empresa ha acometido, también, “las obras urgentes de protección de los pozos mineros existentes en la zona”.

La Asociación de Amigos del Monasterio de San Ginés, que considera la presencia de las ermitas como una unidad histórica junto al propio monasterio ha anunciado, por su parte, que “velará porque se haga realidad y seguirá reclamando su puesta en valor, junto al monasterio, así como el establecimiento de rutas guiadas que incluyan todo lo valioso de la zona, incluida la Cueva Victoria”.