Pacto por el Mar Menor no quiere que se use la laguna como arma electoral

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Imagen de archivo de las plantaciones de agricultura intensiva que rodea el Mar Menor / JLD

La Plataforma Ciudadana Pacto por el Mar Menor muestra su total rechazo ante las recientes declaraciones del presidente de la Comunidad Autónoma de Murcia en las que afirmaba que «el Gobierno de España da la espalda al Mar menor al incumplir el Plan de Vertido Cero» cuando en realidad el proyecto Vertido Cero se encuentra en la fase de evaluación de alegaciones.

«López Miras -afirma Pacto por el Mar Menor- está haciendo un uso político de la situación de la laguna tratando de culpar a otras administraciones, cuando lo cierto es que a esta situación se ha llegado tras décadas de negligencia e insensibilidad de los sucesivos gobiernos regionales».

«Más aún, en contra del criterio del Comité Científico y el sentido común tercamente continúa pretendiendo basar la protección de este ecosistema en la construcción de infraestructuras faraónicas (algunas tan ineficaces como los tanques de tormenta) para seguir dilapidando dinero público y protegiendo al todopoderoso sector agrícola- industrial, en vez de obligar al cumplimiento de medidas en origen, en buena parte recogidas en la Ley de Medidas Urgentes».

Según la Plataforma la Administración regional no sólo se niega a implementar esta ley «sino que manifiesta públicamente su incompetencia para afrontar sus funciones, cuando en recientes declaraciones ante el Juzgado, el actual Director General de Agricultura, Sr. González Zapater, manifestaba que es muy difícil controlar la cantidad de abono nitrogenado que utiliza cada agricultor».

«Desde esta Plataforma social -finalizan- seguiremos insistiendo en la necesidad de un cambio en la forma de explotación en el Campo de Cartagena, así como en la aplicación real de la Ley de Medidas Urgentes que sería mucho más económico y eficaz que las infraestructuras. Igualmente seguiremos insistiendo en la necesidad de eliminar la contaminación por metales pesados procedente de la Sierra Minera, la imparable construcción de complejos turísticos (a pesar de la moratoria urbanística) y la regulación de actividades dentro del Mar Menor».