Confirmado el primer nido de tortuga boba en Calblanque en más de medio siglo

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Imagen del nido con los 69 huevos de tortuga boba localizado en Calblanque / ANSE

La Asociación de Naturalistas del Sureste (Anse) ha señalado que el desove de la tortuga boba producida hace unos días en Calblanque es «un hecho histórico» dado que nunca hast ahora se había podido acreditar la reproducción de ningún ejemplar de tortuga boba en las playas del Parque Regional de Calblanque, Monte de Las Cenizas y Peña del Águila «y existen dudas sobre las citas de reproducción de hace más de 100 años en La Manga».

A primera hora de la mañana, uno de los trabajadores del Servicio de Control de Vehículos a las playas de Calblanque alertaba sobre la existencia en Cala Arturo de huellas de entrada y salida de tortuga marina desde el mar a la playa, con indicios muy claros de posible construcción de un nido.

Hacía pocos días que se había producido un intento fallido de puesta en otra playa de Calblanque, y también habían habido otros intentos en 2017.

Así que, cuando el técnico del Instituto Cavanilles (Univ. Valencia) confirmaba, tras examinar el terreno y comenzar la excavación, que se veían los primeros huevos, se produjo un estallido de júbilo entre los voluntarios presentes con ánimo de ayudar en lo que fuera posible (técnicos y responsables del Parque y de la Oisma, personal de control de accesos, responsables de la Consejería y Dirección General, agentes medio ambientales, vigilantes de protección civil, personal del Centro de Recuperación de Fauna, técnico del Instituto Cavanilles y representantes de la AAVV de Las Cobaticas y director de ANSE entre otros).

«Llevábamos tantos años soñando con este momento. Habíamos trabajado en la década de los 80 intentando aportar información sobre la mortalidad de tortugas marinas en barcos palangreros para buscar soluciones. Habíamos participado en diferentes proyectos de seguimiento de la tortuga boba en las costas del Sureste Ibérico, marcando numerosos animales y registrando multitud de avistamientos a bordo de nuestro velero Else. Habíamos visitado playas de puesta de diferentes especies de tortugas marinas en diversos lugares del planeta, y participado en programas de voluntariado para aprender el manejo de estos animales por si algún día se produjera alguna puesta en nuestras costas. Habíamos confirmado a comienzos de siglo la presencia en nuestras aguas de machos adultos de tortuga boba, que hacían pensar que más pronto que tarde podrían comenzar a reproducirse. Habíamos peleado durante muchos años por evitar la urbanización de la costa de Calblanque y de su entorno… 69 huevos han sido los depositados por la primera hembra de tortuga boba que utiliza nuestras playas para su reproducción», señala la asociación ecologista.

Dado el riesgo de pérdida de la puesta por su excesiva cercanía a la orilla, se ha decidido trasladar los huevos a un nuevo nido construido al pie de una pequeña duna, unas pocas decenas de metros más alejado de la zona límite del oleaje, donde se ha protegido provisionalmente contra la acción de los predadores y señalizado para evitar el acceso de los bañistas y de posibles daños.

Ahora quedan en torno a dos meses en los que se pretende establecer un servicio permanente de vigilancia durante 24 horas con la participación de personal del Parque y de la Oisma, asi como de voluntarios de diferentes organizaciones como ANSE y la Asociación de Vecinos de Cobaticas-Las Jordana, etc.

«Ahora habrá otra razón poderosísima para que las personas que acceden al Parque comprendan que es necesario regular ciertos usos, pues las malas prácticas perjudican a una gran variedad de fauna, y también a otras personas. Y tenemos otra oportunidad de seguir soñando y trabajando, para garantizar el nacimiento de la mayor cantidad posible de tortuguitas y, porque no, de pelear por la vuelta de otras especies emblemáticas que convivieron entre nosotros casi hasta mitad del pasado siglo, como la foca monje, porque los sueños, sobre todo si se trabaja en ellos, pueden cumplirse, y la Naturaleza suele ser muy agradecida», concluye Anse.