La ITI, ¿el nuevo maná que espera el Mar Menor?

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España es un país subsidiado dentro de la Unión Europea y la Región de Murcia siempre se encontrará en el furgón de cola, donde conviven a codazos las regiones con más necesidades de ayuda económica de todo el continente.

Y nuestros políticos locales y regionales, poco avispados en eso del emprendimiento e incapaces de crear riqueza por sí mismos, confían en poder echar mano a la nueva política de cohesión europea para empezar a recibir dinero a espuertas y tratar de maquillar, algo, la dejadez administrativa que siempre ha caracterizado la labor de nuestros dirigentes para con La Manga y, por extensión, de todo el Mar Menor.

Afortunadamente para ellos la UE siempre “olvida” la pésima gestión de los recursos que cede y se contenta con alguna que otra sanción económica contra el Reino de España no pudiendo negar nadie que Murcia, junto con la Comunidad Valenciana, es bastante conocida en Bruselas por sus atropellos financieros y, para más guasa, mandar hacia allá como eurodiputados a los causantes de tales tropelías.

La UE inyectará dinero al Mar Menor para intentar evitar que desaparezca toda su riqueza medioambiental
La UE inyectará dinero al Mar Menor para intentar evitar que desaparezca toda su riqueza medioambiental / forocartagena.com

Por eso el 27 de agosto el todopoderoso portavoz de Ciudadanos en la Asamblea Regional, Miguel Sánchez, advertía a sus socios de Gobierno que la Iniciativa Territorial Integrada (ITI) era una gran noticia pero que debíamos andar con tiento ya que “tenemos la mala experiencia de los años anteriores donde las inversiones realizadas no redundaron en beneficio de la zona”.

Venía a decir algo así como: vivamos de las subvenciones pero, al menos, seamos legales.

Y se pusieron manos a la obra.

En octubre de 2014 ya tenían elaborado la “Estrategia de gestión integrada de zonas costeras en el Mar Menor y su entorno”  (ITI del Mar Menor), un protocolo que nos permitía ser uno de las tres ITI’s autorizadas por la UE para España. Las otras dos iban dirigidas a otras dos regiones igual o más deprimidas que la nuestra: Andalucía, con la “Estrategia Atlántica” para Cádiz; y Extremadura, con la “Industrialización Extremadura”.

Con la ITI aprobada, la Región se ha garantizado así la recepción de cuarenta y cinco millones de euros en ayudas para tratar de vivir unos cuantos años de este nuevo maná europeo a través de un programa que permite cohesionar, con un objetivo común, distintas ayudas y subvenciones comunitarias.

Además, según el subdirector general de Costas y Puertos, Francisco Marín, esta ITI no tiene plazo para la consecución de los objetivos fijados y se irá adaptando a las contingencias que vayan apareciendo en un futuro.

Sin embargo, tiene sus temidos “peros”.

En primer lugar el dinero deberá ser gestionado directamente por una Autoridad de Gestión regional nombrada por la Comunidad Autónoma. Primer peligro.

Y, en segundo lugar, la propia Administración regional debe fijar los mecanismos para garantizar “una gestión financiera sólida y eficaz” con los mecanismos de control adecuados.

Sánchez tiene trabajo.

Quienes conocemos la zona sabemos cómo trabajan aquí los cargos intermedios, los jefecillos empresariales y los políticos ávidos de ganar dinero con este maná: suelen ser pícaros y poco respetuosos con el dinero público, amigos sólo de sus amigos y transparentes a regañadientes.

En cualquier caso, todo aquél que quiera vivir unos años de esta ITI debe saber que la cosa se centrará, según el Texto de Cohesión 2014-2020 elaborado por una comisión de trabajo creada desde la Consejería de Fomento, en toda la laguna, sus islas más una milla mar adentro incluyendo la reserva marina de Cabo de Palos-Islas Hormigas, Calblanque hasta Peña del Águila y Monte de Las Cenizas y las ramblas en dirección a la Sierra de La Unión.

El proyecto, para desgracia de algún que otro constructor interesado en explotar al máximo la costa e interesado en retroceder a los ochenta, incluye una obliga planificación urbanística y ambiental previa, una estrategia turística y económica y el respeto a los tradicionales sectores de la zona (agricultura y pesca).

Las propuestas propuestas (y valga la redundancia) por esta primera comisión de trabajo son terriblemente sensatas y podría haber sido recogida cualquier cálida mañana de invierno en cualquier barra de bar de la zona hablando con los lugareños: trasladar los vertidos de nitratos agrícolas de las ramblas que desembocan al Mar Menor hacia el Mediterráneo, lograr un equilibrio en el bajísimo índice de plazas hoteleras con respecto a segunda residencia, adecentar playas y crear paseos marítimos y de cicloturismo, mejorar la vigilancia policial con un nuevo cuartel de la Guardia Civil, perseguir el fondeo ilegal de embarcaciones (se calcula que hay más de tres mil) que destrozan la posidonia oceánica y controlar las inmersiones en espacios protegidos, creación de “marinas secas” en Lo Pagán para retirar barcos que no se usen, mayor control para Calblanque y Salinas de San Pedro (no menciona las de Marchamalo, sus motivos tendrán), sustitución de las desastrosas escolleras de los diez puertos deportivos que hay en el Mar Menor por pantalanes más respetuosos con las corrientes y, entre otras muchas cosas más, creación de una red de chiringuitos de mayor calidad.

Y todo ello, repito, gracias a la UE.

Si no ¿de qué?

La opinión del autor no tiene por que reflejar la línea editorial de Diario de la Manga.