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Todavía no salgo de mi asombro cuando he leído esta semana las declaraciones que ha realizado el delegado del Gobierno, Antonio Sánchez-Solis, a la vicealcaldesa de Cartagena, Ana Belén Castejón, tras visitarla ésta para mostrarle su preocupación por el aumento exponencial de robos en todo el término municipal de Cartagena. Le vino a decir que está preocupado por el tema, como todos creo yo, y que aumentarán la plantilla de la Guardia Civil, “en las medidas de las posibilidades del presupuesto”. Es decir, es como si ahora digo que voy a comprarme una lujosa casa en primera línea en Cabo de Palos, pero cuando tenga dinero… Esta declaración roza lo vergonzoso. Sobre todo, para los que vivimos en pueblos en los que cada día conocemos un nuevo hurto.

No obstante, tenemos que reconocer la gran labor que hacen los Guardias Civiles de a pie y me consta que es un problema que les preocupa y que trabajan cada día para detener a todos estos delincuentes. Es su trabajo y se sienten señalados, pero no pueden hacer más con lo que les dan. Es así. Los señores de las corbatas en los despachos no conocen de primera mano la situación que existe en el litoral del Mar Menor. Como ejemplo, los más de cincuenta robos en Mar de Cristal desde septiembre son una estadística demasiado alta o los asaltos que han sufrido en Los Belones durante el mes de diciembre con cuatro locales robados y varias casas. Si a esto le añadimos la situación de La Manga, rompemos las estadísticas. En esta zona turística sufren una media de un robo o incidencia delictiva al día, una incidencia a tener en cuenta. Es normal ya que los cacos aprovechan la escasa vigilancia policial de la zona para cometer los delitos. Pero es casi normal que lo hagan. ¿Es normal que sólo haya una patrulla de la Guardia Civil que cubra toda La Manga hasta Portmán? Así es imposible, oiga.

En La Aljorra los vecinos hacen patrullas vecinales nocturnas y el Ayuntamiento de Cartagena ha reforzado la presencia policial. Aquí también se ha hecho, pero a tenor de lo que ocurre es insuficiente. Esta semana se han detenido cuatro personas por los robos y eso es gracias a los magníficos agentes de la Guardia Civil del cuartel de Cabo de Palos, pero al día siguiente estaban en la calle. Ellos se frustran porque no saben para que sirve su esfuerzo. Y a nosotros nos cabrea. Sólo espero que haya presupuesto para pagarle el sueldo al delegado del Gobierno, porque eso es lo primero que hay que priorizar y no la seguridad de miles de vecinos del Mar Menor.