Dos obras arquitectónicas de La Manga del Mar Menor, en el Registro Docomomo Ibérico

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Panorámica de La Manga Club desde los primeros bungalows construidos en el complejo durante los años setenta / DLM

El conjunto de bungalows construidos en 1968 en La Manga del Mar Menor y los apartamentos de golf y Los Miradores en La Manga Club de 1971 son dos de las siete nuevas obras arquitectónicas regionales que aparecen en el prestigioso Registro Docomomo Ibérico.

La propuesta de incorporar ambas construcciones en el Registro ha partido del Colegio de Arquitectos de Murcia incluyendo, además, el Centro de Enseñanza Santa María del Carmen, el Poblado de Colonización La Estacada de Jumilla, el complejo residencial de Espinardo, el Barrio de La Paz de Murcia y el edificio de la Hermandad Farmacéutica, todas ellas obras erigidas a finales de los sesenta y principios de los setenta.

Las construcciones situadas en La Manga han reunido todos los requisitos exigidos por el Registro para incorporarlos a la lista internacional de construcciones de arquitectura moderna realizadas durante el siglo XX.

Tan solo una escasa veintena de edificios están catalogados en el Registro Docomomo entre 1925 y 1965 y para conmemorar estos nuevos ingresos la sede oficial del Colegio de Arquitectos de Murcia ha acogido una exposición que recoge los resultados del trabajo desarrollado por la Comisión Técnica de la Fundación Docomomo Ibérico.

Según ha señalado el decano del Colegio de Arquitectos, Rafael Pardo, «se puede decir que el movimiento moderno no regresa a España con toda su fuerza hasta los años setenta. Por eso, desde el movimiento Docomomo se nos ha permitido ampliar ese registro diez años más, desde el año 1965 a 1975”.

Al margen de su cronología temporal, entre los requisitos para que estos edificios formen parte del registro se encuentran “la necesidad de disponer de unos valores arquitectónicos de gran valía y, por último, que dispongan de un alto grado de conservación respecto a su estado original”, señala el miembro de la Comisión Técnica de la Fundación Docomomo Ibérico, Juan Pedro Sanz.