La Manga Club, de la Cala del Pino a Atamaría (I)

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Imagen de Gregory Peters, con su familia, en La Manga Club
Imagen de Gregory Peters, con su familia, en La Manga Club / JLD

El 19 de septiembre de 1971 Robert D. Putman y Gregory Peters, artífices del diseño y realización de La Manga Club, anunciaron la construcción de uno de los mejores y más selectos campos de golf de España en las faldas de los montes de Atamaría.

Según la empresa constructora el gran complejo turístico-deportivo albergaría campos de golf de treinta y seis hoyos lo que obligaría a remover un millón de metros cúbicos de tierra, enterrar sesenta mil metros de tubería para riego, instalar mil quinientos aspersores pop-up Buckner, diseñar catorce lagos artificiales que ocuparán diez hectáreas en total y la plantación de más de dos mil palmeras adultas en todo el recinto.

Peters, el verdadero mecenas del magno proyecto, pensó inicialmente en construir un discreto campo de golf de nueve hoyos en los terrenos previstos como zona verde por Bonet en la Cala del Pino y Monteblanco, hasta que se decidió hacerlo al lado del impresionante bosque natural de pinos existente entre Portmán y Los Belones (adquiriendo las fincas de El Coto —las primeras doscientas hectáreas compradas el 28 de febrero de 1970—, El Mojón y El Estudiante) donde trasladó un remedo del complejo golfístico existente en Palm Springs en California.

Según afirmó el propio Peters:

«Fui por primera vez a La Manga invitado por Huarte y Compañía para ayudarles en sus planes de desarrollo de La Manga. Quería un campo de golf de nueve hoyos para mis amigos y clientes, pero al final adquirí 600 hectáreas, en las que construir dos campos de golf de 36 hoyos y un complejo turístico«.

El grupo Huarte y Cía, propiedad del empresario vasco Felipe Huarte Beaumont y asociado a un potente grupo empresarial belga (Bruxelles-Lambert), participó en la construcción de bungalows en La Manga. En los ochenta, como vimos, apareció involucrado en un turbio asunto de drogas cuando vendió su villa de la Cala del Pino a Yasar Auni Mussullulu, súbdito turco implicado en una red de narcotraficantes. Por su parte, Gregory Peters ya había iniciado una pequeña operación inmobiliaria en La Manga con la urbanización de los apartamentos “Escalonados” diseñados por el propio Bonet. En cualquier caso ni Huarte ni Peters lograron llegar a un acuerdo para poner en marcha el pequeño campo de golf que Maestre y Bonet habían diseñado para la zona de Monteblanco y Cala del Pino a pesar de iniciarse una tímida repoblación forestal que aún se conserva. Hasta 1968 todavía se anunciaba en los panfletos publicitarios dirigidos al cliente europeo como en este tríptico del Hotel Galúa.

Tríptico publicado en 1968 por el Hotel Galúa donde se anunciaba la construcción del campo de golf en las faldas de Monteblanco / JLD
Tríptico publicado en 1968 por el Hotel Galúa donde se anunciaba la construcción del campo de golf en las faldas de Monteblanco / JLD

Para la construcción del complejo el norteamericano Peters fundó, el 25 de julio de 1971, la empresa “La Manga Campo de Golf S.A.”, con domicilio social en Madrid y un capital social inicial de 184.800.000 pesetas (repartidos en 1.760 acciones al portador de 105.000 pesetas cada una) cuya misión era, no solo la construcción del citado complejo, sino la captación de más capital interesado en invertir en el negocio inmobiliario para ir progresivamente ampliando el negocio.

El proyecto fue presentado en el Ayuntamiento de Cartagena el 26 de noviembre de este año (1971) y aprobado por la Corporación municipal en enero del siguiente. Según el dictamen de la Comisión de Urbanismo y Planes de Ordenación la responsabilidad de la materialización del Plan Parcial Especial de las tres fincas recaía sobre Atamaria S.A. y La Manga Campo de Golf S.A. Junto al tremendo movimiento de tierras que provocó la construcción del complejo, que cambiaría completamente la fisonomía de todo un valle, cabe destacar también el terrible impacto medioambiental que generó la sobrexplotación de los acuíferos de la zona al abrirse, ese mismo año, los pozos Linde 1º, Linde 2º, La Rambla, La Pepa, El Algarrobo, Cabezo, La Huerta, El Intermedio, Conesa y Los Martillos para cubrir la demanda de agua que las obras, y futuros habitantes, iban a necesitar. El propio Peters llegó a reconocer, en rueda de prensa, que el complejo requería cuatro millones de litros de agua al día (lo que consumía, en aquella época, un pueblo de unos trece mil habitantes).

Los primeros trazados sobre el terreno se hicieron el 25 de enero de 1971 y, cuatro meses más tarde, ya estaban sembrando el césped. Según la prensa nacional…

“…las perspectivas turísticas para esta amplia zona de La Manga del Mar Menor no pueden ser más óptimas; se busca decididamente la llegada de turistas norteamericanos.”

Para la dirección del complejo turístico se optó por Gary Player, uno de los tres mejores golfistas del mundo en aquella época, con quien firmaron un contrato de cinco años.

“No hay duda —afirmaron los promotores— de que la presencia de Gary Player en nuestra plantilla favorecerá extraordinariamente a La Manga Campo de Golf. Nos sentimos honrados y afortunados al haber obtenido los servicios no solamente de uno de los más grandes golfistas de todos los tiempos, sino también de uno de los mejores caballeros entre los profesionales que practican este deporte.”

Puedes leer la segunda parte pinchando en este enlace: Con el torneo Pro-Am de 1972 queda inaugurado La Manga Club (y II)

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