El 11 de julio de 1855 se puso en marcha el proceso de entrega de terrenos municipales en Cabo de Palos en aplicación de la Ley General de Desamortización. El primer reparto de tierras baldías en la zona se produjo en 1768 atendiendo a 624 peticiones que solicitaron 10.689 fanegas de tierra para romper y cultivar. El Ayuntamiento sólo entregó en el área de Cabo de Palos 2.520 fanegas en 315 suertes (se llamaba así a la parte demarcada de tierra de labor) de ocho cada una de las cuales 245 fueron a parar a manos de braceros y 49 a jornaleros.
Sin embargo, dos años más tarde se comprobó que mucha de esa gente pobre no podía mantener la explotación de las tierras y se acuerda un nuevo reparto para entregárselas a los terratenientes de la zona con capacidad para mantenerlas productivas. Para una información completa y detallada sobre la desamortización en Cartagena véase “Una aproximación a la desamortización civil. Los problemas agrarios y los repartos de tierras en el municipio de Cartagena (1755-1855)”, de Eugenio Carreño García (Ayuntamiento de Cartagena, 1989).
En la Relación de Bienes Propios remitida por el Ayuntamiento de Cartagena a la Superioridad en la fecha señalada se observan ya algunas importantes concentraciones de tierras en manos de determinados oligarcas de la zona (nótese que, inicialmente, la ley establecía un máximo de ocho fanegas por individuo) en el área de Cabo de Palos:
cabidas | situación | renta año | nombre |
81,5 fanegas | Cabo de Palos | 145,26 rls | Juan Ruiz |
8,0 fanegas | Cabo de Palos | 15,00 rls | Diego Alarcón |
64,0 fanegas | Cabo de Palos | 153,21 rls | Herederos de Luis Lapisburú |
24,0 fanegas | Cabo de Palos | 66,00 rls | Eugenio Hernández |
16,0 fanegas | Cabo de Palos | 40,00 rls | Jorge Martínez |
16,0 fanegas | Cabo de Palos | 40,00 rls | Ángel M.Berizo |
Primeros repartos de tierras en Cabo de Palos en aplicación de la Ley General de Desamortización de Mendizábal.
Por su parte La Manga, confiscada por el Estado por estas leyes desamortizadoras, fue enajenada en subasta pública el 10 de enero de 1863 e inscrita en el Ayuntamiento de San Javier con el número hipotecario 200 del Registro de la Propiedad pasando a manos de Miguel Zapata Sáez (antecesor de los Maestre) y a José Cortés quienes adquirieron la zona Norte por treinta y un mil reales de vellón.
En una entrevista que le hiciera el periodista José Luis Salanova al propio Tomás Maestre Aznar en los setenta explicaba, muy brevemente, el origen de sus propiedades familiares en La Manga: “En 1837 y como resultado de la división administrativa –consecuente de la reforma local de 1833- aquellos bienes pasaron al Ayuntamiento de San Javier y fueron confiscados por la Nación, como consecuencia de las Leyes Desamortizadoras de las Corporaciones Civiles de mayo de 1855 y julio de 1856, procediendo el Estado a enajenarlas en pública y judicial licitación, en toda su integridad, desde el Quijero del Mar Menor hasta el Quijero del Mar Mediterráneo, que remataron nuestros antecesores en causa y a los cuales se transmitió la finca en escritura pública que autorizó el escribano don José Salvá Castillo el 9 de julio de 1864, interviniendo en nombre de la Nación vendedora el ilustrísimo señor don Juan Rubio Cadena, Juez del Distrito de la Catedral de Murcia y su partido, causándose así bajo el número 200, la primera inscripción registral del feudo a favor de la Nación por título de confiscación.” Se justificaba así, jurídicamente, que los Maestre fueran los legítimos herederos de gran parte de La Manga norte en los años cincuenta (Tomás Maestre Zapata, tío de Maestre Aznar, poseía un setenta y uno por ciento del total en esa década previa al boom urbanístico) desde que Miguel Zapata Sáez, el “tío Lobo”, iniciara sus negocios mineros en La Unión y pasaran sus propiedades a su yerno, José Maestre Pérez, casado sucesivamente con dos de sus hijas.
Todos estos artículos están basados en información recopilada en el libro “De Cabo de Palos a La Manga del Mar Menor. Del siglo XV al XX” (Edlibrix, 2016 -segunda edición-).