Reportaje Publicitario
Una antigua casa de altos techos y gruesas paredes construida en 1920, situada en Los Beatos y completamente abandonada, ha acabado en manos de la diseñadora de interiores María Conesa quien, con mucha paciencia y en diez meses, la ha acabado convirtiendo en un espacio abierto para la cultura de toda una Comarca.
Su idea es que Casa Salvina sea un lugar de referencia como estudio de interiorismo, exposiciones, talleres creativos, proyecciones de cine, presentaciones de libros y todo aquello que le propongan “y me guste”, requisito este último indispensable como señala María Conesa.
Esta nueva etapa de Casa Salvina se inició el pasado 10 de mayo con una “cena clandestina” organizada por Amor González, otra alma inquieta que tiene en Los Belones un taller de cocina, la Casa Taller Birdie, y que convocó a través de las redes sociales a una cena por todo lo alto para inaugurar públicamente este nuevo y acogedor recinto para la cultura.
Durante la sesión fotográfica que realizamos ayer estaba realizándose, en uno de los salones, un interesante taller de cerámica aplicada a la joyería “en hornos microondas”.
Pedro Martínez, profesor de la Universidad Popular de Hellín, y que trajo bajo el brazo unas apetitosas cerezas de su tierra, ha logrado poner en marcha un innovador sistema para cocer porcelana y barro en microondas comerciales con una simple adaptación lo que permite al aparato alcanzar la temperatura adecuada para realizar este tipo de cerámica.
Para hoy sábado María ha organizado un brunch, artesano y ecológico, impartido por Caridad Soriano, otra alma de mente inquieta de la zona que lleva unos años poniendo a disposición de cualquier interesado sus conocimientos de cocina a través de su Cocinatherapy.
El suculento menú de hoy se compone de tarta de queso glaseado con frutas y menta, bizcocho ecológico de avena, manzana y canela; hogaza semi integral de espelta y masa madre natural; crespillos con semillas saladas y dulce de miel, mantequilla artesana Salvina; mermelada casera de frutas del bosque y coco vainilladas; palmeritas caseras de coco y chocolate, dátiles, quesos, aove, aguacates y aceitunas y, finalmente, café, infusiones y zumos naturales.
María Conesa, finalmente, gusta de recordar que este nuevo espacio para la Cultura no cuenta con ningún tipo de ayuda institucional y patrocinio y que está abierto a cualquier iniciativa que reúna, tan solo, dos requisitos: “que a los que participemos nos haga felices y tenga ese siempre necesario punto de creatividad”.
Reportaje fotográfico:
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