Hasta mil quinientas embarcaciones de recreo podrán atracar alrededor de Isla Grosa y Farallón

1
Las embarcaciones de recreo podrán atracar en los puntos habilitados alrededor de las islas y a una distancia no inferior a los trescientos metros / CARM

Los treinta fondeos que han quedado instalados alrededor de Isla Grosa y El Farallón permitirá que hasta mil quinientas embarcaciones puedan desarrollar actividades recreativas como la navegación o el buceo.

El principal campo de boyas, en concreto, está situado en la cara oeste de la Isla Grosa, fuera de los límites del perímetro de amortiguación que marca una distancia de seguridad de 300 metros alrededor de la isla.

El fondeadero está formado por 25 boyas distribuidas a lo largo de dos líneas de 300 metros de largo y consta además de dos balizas luminosas, ubicadas al norte y al oeste del mismo, para alertar a los navegantes de la presencia de obstáculos y evitar posibles accidentes.

Además, se instalarán cinco boyas destinadas al amarre de embarcaciones dedicadas al luceo tanto en Isla Grosa como en El Farallón, «una vez consensuada -señala la Comunidad- la ubicación óptima que no suponga afecciones negativas a la avifauna de la Zona Especial de Protección de Aves (ZEPA)».

La directora general de Medio Natural, Consuelo Rosauro, subrayó la importancia de concienciar a los usuarios sobre la necesidad de compaginar el uso y disfrute de este espacio con su conservación.

“La posidonia oceánica es una especie única del Mar Mediterráneo y que posee un elevado valor ecológico, ya que entre otras cosas ayuda a mantener el sedimento inmóvil gracias a sus raíces, funciona como filtradora del agua y son importantes zonas de producción de oxígeno, cría y refugio de una gran variedad de especies animales”, explicó Consuelo Rosauro.

La Comunidad ha mostrado mucho interés en aclarar que estos fondeaderos, cuya iniciativa cuenta con financiación del Fondo Europeo para el Desarrollo Regional (Feder), tienen un sistema de anclaje ecológico conocido como ‘Manta Ray’ que evitará arrastres en el fondo marino y, por tanto, posibles daños en las praderas de posidonia oceánica.

“Tenemos la suerte de disponer de unas praderas densas y homogéneas de posidonia oceánica en torno a la Isla Grosa que, lógicamente, atraen a un gran número de personas, y es importante que ese uso y disfrute se haga de una manera responsable, sostenible y respetuosa con el medio ambiente”, concluyó Consuelo Rosauro.

1 Comentario